El Problema

Los animales son sometidos a una terrible crueldad en las granjas industriales.
Mercy For Animals trabaja para sacar a la luz este abuso y ponerle fin.

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Los cerdos, las vacas, las gallinas, los peces y otros animales explotados como alimento padecen una crueldad difícil de imaginar. Nuestras investigaciones encubiertas han sacado a la luz la rutina de abuso y tortura que ocurre en estas instalaciones. Hemos obtenido imágenes de vacas que son pateadas, golpeadas y arrastradas; cerditos bebés a quienes les cortan la cola con cuchillas sin filo; gallinas acuchilladas y pisotedas hasta que mueren y peces que son desollados cuando aún están conscientes y pueden sentir dolor.

El sufrimiento de los cerdos

Los cerdos padecen un continuo abuso desde el día en que nacen; les arrancan los testículos violentamente y les cortan la cola sin proporcionarles nada para mitigar su dolor. Las cerdas mamás son confinadas durante casi toda su vida en jaulas de gestación, pequeñas y sucias, en las que ni siquiera pueden acostarse o voltearse con comodidad.

Nuestras investigaciones han revelado cómo los cerdos reciben choques eléctricos en los ojos, son golpeados con varas metálicas, pateados y apuñalados durante varios minutos mientras aún están conscientes y pueden sentir dolor.

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La falta de compasión hacia las vacas

Las vacas explotadas en la industria de los lácteos son tratadas como máquinas productoras de leche. Están atrapadas en un ciclo constante de embarazo y lactancia hasta que su cuerpo ya no resiste o su producción de leche ya no es considerada “rentable por los dueños de las granjas. Los terneros que son explotados para producir carne son arrebatados de su madre y confinados en jaulas. Es común que sean alimentados con una sustancia baja en hierro que los hace anémicos. Cuando llega el día de ser asesinados, muchos terneros están tan débiles que ni siquiera pueden caminar.

Nuestras investigaciones encubiertas han mostrado a trabajadores de granjas industriales de lácteos que arrastran a las vacas del cuello, las atan a tractores con cuerdas, las patean y las golpean.

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La crueldad en contra de las gallinas

Las gallinas explotadas para poner huevos son confinadas por miles en cobertizos sin ventanas. Les cortan el pico y muchas padecen dolorosas heridas que no son tratadas. Muchas de estas aves mueren debido a estas terribles condiciones y sus restos se pudren al lado de aquellas que continúan poniendo huevos destinados al consumo humano.

Las gallinas explotadas para producir carne son obligadas a crecer tan rápido que, con frecuencia, ni siquiera pueden caminar sin sentir dolor. El aire lleno de amoníaco les causa grave irritación en la piel y la garganta, ceguera y problemas respiratorios letales. Además, el abuso a manos de los trabajadores de las granjas es atroz. Las imágenes que hemos obtenido muestran a trabajadores que apuñalan a estas aves con clavos atados a palos, las pisotean hasta la muerte y les arrancan las extremidades cuando aún están vivas.

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El horror en las granjas industriales de peces

Estos peces experimentan un constante sufrimiento, desde que están en el agua hasta que son asesinados. En las granjas industriales sufren un confinamiento extremo al ser hacinados en tanques por decenas de miles. Estas condiciones los hacen vulnerables a heridas y enfermedades, y es común que estos peces queden ciegos o estén llenos de parásitos. Al ser asesinados, además de asfixiarse, con frecuencia les arrancan la piel y son desollados cuando aún están vivos y pueden sentir dolor.

Los peces capturados en el mar no sufren menos. Una investigación que realizamos en una instalación de bagres reveló una realidad impactante: peces en botes, que se retorcían tratando de respirar, desollados cuando aún se movían en mesas de corte y trabajadores que les arrancaban la cabeza cuando aún estaban vivos.

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El tormento de los pavos

En las granjas industriales, los pavos son criados para crecer anormalmente rápido. Con frecuencia, esto hace que sufran ataques cardíacos y tengan deformidades que les debilitan las piernas. La mayor parte de su vida están confinados en cobertizos enormes y son asesinados cuando apenas tienen cinco meses.

Cuando llegan al matadero, estas aves son sacadas violentamente de las cajas de transporte y colgadas boca abajo con grilletes metálicos. Muchas de ellas tienen dificultades para respirar, otras sufren fracturas. Estos animales son sumergidos en agua electrificada antes de ser degollados. Con frecuencia, esto sucede cuando aún están conscientes y muchos son escaldados vivos en tanques diseñados para quitarles las plumas.

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Mercy For Animals ha trabajado con importantes compañías para implementar políticas significativas de protección animal que reducirán el sufrimiento de miles de millones de animales cada año.

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